Fui en una excursión con mis alumnos, antes de llegar hasta ahí habíamos visitado Salcoatitán, Nahuizalco y San José de la Majada, en este último por cierto tomamos café exquisito en el museo del café.
Llegamos a Juayúa pasado el mediodía y comenzamos a descender después de haber almorzado, fue una caminata que sentí extensa por la falta de costumbre, pero cuando llegue hasta ahí me di cuenta que valía la pena el esfuerzo.
Nos tuvimos que marchar rápido, pues era tarde y teníamos que volver a San Salvador, no quería marcharme de un lugar tan bello, pero ni modo había que hacerlo.
Me prometí que volvería, y así lo hice este año lleve a mis alumnos, algunos que ya lo conocían de la anterior actividad que hice y otros que era primera vez.
Después de estos eventos me gusta charlar con ellos y preguntarles que les parece el lugar, hasta este día no he escuchado decir a alguien que no le gusta, a pesar que se caminan aproximadamente 2Km. en veredas para llegar hasta ahí.
